Estrategias claves para que no pienses que posponer nuestras tareas no es algo por lo que debas castigarte. Al contrario, aprender a gestionar tu energía y a conocerte mejor a ti mismo te ayudará a terminar con ánimo y éxito cada una de tus tareas .
1. Aprende a decir no:
Aunque no lo creas esta es la primera y fundamental tarea que tienes a partir de hoy. A veces no es que tienes problemas para completar tus tareas o te distraes demasiado, sino que simplemente aceptas tantas propuestas y actividades que terminas posponiéndolos porque aún no entiendes que los superhéroes sólo están en las películas.
2. Gestiona tu energía, no tu tiempo
Otro aspecto que muchos confunden con respecto a la procrastinación, es que no se trata simplemente de una mala administración del tiempo, sino de no saber manejar con armonía la energía. Por ejemplo, sino uno está de mal de humor o tiene algunos sentimientos de tristeza, con mayor seguridad aumentarán las probabilidades de procrastinar. Las estrategias mínimas claves es dormir bien, comer de forma equilibrada y hacer ejercicio. Aprende a conocerte y saber cuándo si y cuándo no.
3. Practica la Regla de los Dos Minutos:
Una de las estrategias claves es la técnica que plantea que si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, no la planifiques demasiado; sólo hazla. Comienza con tareas rápidas y puedes extenderla después a tareas que lleguen a los 10 minutos. Si prácticas esta regla seguramente podrás realizar una gran cantidad de tareas sin necesidad de posponerlas.
4. Hazte un regalo:
Suena un poco raro, pero felicitarte porque has terminado una tarea más allá de su complejidad siempre es positivo para tu autoestima. Incluso puedes utilizar esta “recompensa posterior” para motivarte. Piensa en algo que te gustaría comer o una actividad que te relaje y ¡eso te incentivará para no posponer tus tareas!
5. Realiza una lista de tareas concisa:
si te agendas demasiadas cosas, cuando las mires, para tu cerebro será algo interminable. Ver TANTO por hacer te puede generar un estrés previo a que comiences a realizar cada actividad. Cuanto más corta sea la lista y mejor ordenada esté, más fácil te resultará concentrarte y hacer lo que realmente debes hacer
6. Planifica sabiendo que pueden ocurrir imprevistos:
Muchas de las personas que tienden a posponer sus tareas, no tienen en cuenta que siempre pueden ocurrir imprevistos en el medio de las actividades. Organízate con tiempo, no corras el riesgo para dejar las cosas a último momento. Recuerda, hay factores externos que no los podrás controlar.
7. Busca un ambiente óptimo:
Si después de unos minutos de realizar tus actividades comienzas a sentir que te incomoda el lugar en el que estás o la silla en la que estás sentado, es momento de salir a buscar otro espacio. A veces tener enfrente siempre lo mismo, nos hace caer en una monotonía tediosa que nos quita energía. Busca un lugar donde te sientas inspirado y motivado para trabajar. Lo ideal es estar rodeado de energía, puede ser tu jardín, algún balcón o incluso cerca de la playa si es que vives en territorio costero.