Tienes una carrera profesional satisfactoria y varios éxitos académicos, pero no te sientes conforme ¿Piensas que fue solo suerte? Puede que usted mi amigo o amiga esté sufriendo el Síndrome del Impostor.
Según la Life Coach Mónica González del Podcast Entiende tu mente, el Síndrome del Impostor es cuando sientes que los éxitos y las cosas buenas que consigues no son por tu esfuerzo sino el resultado del azar. Esto genera una sensación de estar engañando, de ser un impostor, frente a aquellos que reconocen tu éxito.
Pero ¿qué es realmente el Síndrome del Impostor?
El síndrome del impostor, también conocido como síndrome del fraude, es un trastorno psicológico en el cual las personas son incapaces de asumir como propios sus logros. Pero un detalle importante es que no está asociada con la falta de autoestima o confianza en uno mismo, sino con una búsqueda irreal de perfeccionismo, es por esto que las personas con mayores éxitos son las más propensas a sufrir está situación.
“Millones de mujeres y hombres en todo el mundo, desde exitosos directivos de empresas, hasta brillantes estudiantes o actrices, como Kate Winslet, están secretamente preocupados por no ser tan capaces como todos creen”
Dr. Valerie Young, especialista en la temática.
Cabe aclarar que vivenciar en pequeñas proporciones el síndrome del impostor no es algo negativo, por el contrario nos permite estar con los pies en la tierra sabiendo que siempre hay algo por mejorar. Incluso al comenzar una nueva actividad, un nuevo puesto de trabajo o función, es normal que nos sintamos así, por un periodo corto, el problema es cuando se vuelve algo crónico, porque el no poder reconocer nuestros propios logros hará que los demás tampoco lo hagan.
¿Quién descubrió este síndrome?
El concepto del síndrome del impostor fue desarrollado por la doctora Pauline Clance en 1978. Esta psicóloga se percató de que muchos de sus alumnos tenían dudas de sus propias capacidades y no se sentían orgullosos de los logros obtenidos en sus estudios, algo que le sucedió a ella cuando cursaba sus estudios. Al darse cuenta de que no era un hecho aislado o anecdótico, decidió investigar este fenómeno junto a su colaboradora Suzanne Imes.
Si bien fueron varias experiencias la que la llevaran a realizar dicha investigación, el momento en el que se sintió realmente inspirada fue cuando un alumno se acercó a ella y le dijo: “me siento un impostor ante toda esta gente brillante”.
La Dra. Suzanne Imes decidió escribir un ensayo para hablar sobre el Impostor Phenomenon (IP). Uno de los fundamentos principales de este ensayo es que quienes sufren este síndrome, más allá de que a menudo son muy exitosos para los estándares externos, sienten que su éxito se debe a una misteriosa casualidad o suerte. Y también están bastante seguros, que al menos que hagan esfuerzos gigantescos, el éxito no se repetirá.
¿Cómo identificar si sufrimos el Síndrome del Impostor?
Según el profesor Evaristo Fernández de la Universidad nacional de Educación a Distancia de Madrid, el síndrome del fraude se debe a “la existencia de dudas acerca de la propia habilidad, el miedo al fracaso y el mantenimiento de unas bajas expectativas de resultado, todo ello a pesar de una importante historia de éxitos”.
Si bien dependerá de cada situación y persona, existen algunos síntomas en común que pueden destacarse:
- Duda constante por no saber si lo que has hecho está realmente bien.
- La atribución de éxitos propios a elementos externos, tales como el destino, la suerte, la ayuda de un compañero o la compasión de un superior.
- Una gran ansiedad crónica por la inseguridad de saber que en cualquier momento sabrán que eres un impostor y no te mereces el cargo que ocupas.
- Constante malestar contigo mismo, regañando tu rendimiento porque sabes que podrías dar más y no lo haces.
- Saboteas las posibilidades de tener éxito marcando objetivos prácticamente imposibles y te decepcionas cuando no los consigues.
- Formación y estudio excesivo para “asegurarte” que nadie descubra que eres un fraude
Si bien los síntomas de ansiedad social pueden alimentar sentimientos de síndrome impostor, esto no significa que todas las personas con síndrome impostor tengan ansiedad social o viceversa. Las personas sin ansiedad social también pueden sentir falta de confianza y competencia.
¿Cuáles son los síntomas?
La doctora Young estableció cuatro posibles fuentes de origen del síndrome:
- Dinámicas familiares durante la infancia: “Cuando tu hermano es ‘el inteligente’ y tú eres ‘la simpática’, o tienes presión para sacar buenas notas, padres muy exitosos o sientes que eres la oveja negra”, cuenta.
- Estereotipos sexuales: El síndrome del impostor, según la especialista, es “igual de frecuente en mujeres que en hombres”, aunque hasta hace poco se pensaba que ocurría principalmente en mujeres debido a los “mensajes de éxito y fracaso en la sociedad” y a la “presión ante ser madre y, al mismo tiempo, una profesional de éxito”.
- Diferencias salariales: La diferencia salarial o la imposibilidad de acceder a puestos de trabajo que sufren las mujeres es también una causa de este síndrome.
- Percepción de éxito: Fracaso y competencia. “Las personas que sufren el síndrome son muy exigentes consigo mismas y tienen una lista de requisitos prácticamente imposibles de llevar a cabo”.
¿Cómo puedes superar el Síndrome del impostor?
Reconoce al impostor que llevas dentro
Es muy importante en primer lugar el autoconocimiento. Descubrir y ser conscientes de lo que sí hacemos bien y aceptar el reconocimiento por ello, cómo también aprender a capacitarnos en aquellos aspectos en los cuales debemos crecer, es fundamental para romper el ciclo de pensamientos negativos.
Cuando llegue un pensamiento impostor, ¡escríbelo! Suele suceder que cuando los escribes, ves estos pensamientos desde una perspectiva más ajena y podrás analizarlos mejor.
Escucha y acepta los feedbacks externos
Deja de lado tu falsa modestia y aprende a aceptar y a agradecer los halagos. Es más fácil ver lo que los demás dicen “desde afuera” y aunque está teñido de subjetividad muchas veces puede ayudarte a no sentirte como un fraude.
Recuerda el camino transitado
Una memoria activa es muy importante, ya que muchas veces el síndrome del impostor nos hace creer que quienes somos y lo que logramos es gracias al azar o al esfuerzo ajeno, pero si tu recuerdas de forma permanente cuántas horas pasaste capacitándote y estudiando; las salidas con amigos y eventos sociales que dejaste de lado por tu trabajo y todas las habilidades que has ido adquiriendo a lo largo de tu carrera profesional, seguramente te servirá para entender que todo lo que te sucede es en gran parte ¡gracias a ti!
No dejes para mañana lo que puedes lograr hoy
Si vienes acarreando sentimientos de fracaso, imagínate si además eres un gran procastinador. Enfrenta los problemas directamente y tacha los puntos de tu lista de pendientes. Primero aborda las tareas difíciles para que, una vez que las termines, tengas una sensación de logro y fortaleza.
Si bien aquí te compartimos algunas claves es importante que si no puedes sobrellevar esta situación busques ayuda de tus colegas y un profesional. ¡Nunca hagas silencio frente a lo que te sucede! La clave está en el equilibrio, ni creerse un fraude ni creerse un genio de la lámpara que todo lo puede.
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