La formación ejecutiva tradicional pone foco en desarrollar conocimientos técnicos orientados a la gestión funcional de un área, haciendo del gerente verdaderos especialistas en su campo. Pero, ¿qué pasa en una empresa cuando el gerente es experto en cada uno de sus temas, aunque carece de una perspectiva integral de la organización?
Evidentemente, en un entorno estable, sin mayores alteraciones, esta situación podría no traer graves consecuencias hasta cierto punto. Sin embargo, en el mundo del siglo XXI, los cambios se movilizan a una gran velocidad, generando escenarios altamente turbulentos. Esto nos lleva a pensar que una estructura basada en especialistas proporcionaría a la organización un panorama fragmentado de la realidad, reduciendo sus posibilidades de hacer frente a un mercado cada vez más cambiante, competitivo y demandante.
Se hace imperativo entonces que los directivos modifiquen sus perfiles y adquieran una visión global de la empresa y del entorno donde se desenvuelve. Lo cual no favorece únicamente a la organización, sino que potencia al ejecutivo, tanto en sus funciones específicas, como en las estratégicas.
Las decisiones tomadas con un conocimiento acabado de cuáles son los cambios que afectan el entorno y a la organización en su conjunto, van a tener un mejor impacto en su desempeño general y, por ende, en los resultados. Esto es algo que, sin duda, es material de análisis y aprendizaje en todo programa de desarrollo gerencial.
El Rol Estratégico del gerente en un Mundo Empresarial Dinámico del Siglo XXI
El directivo de este siglo debe sumar a sus funciones gerenciales tradicionales el rol de “estratega”, innovando permanentemente su gestión e incorporando herramientas actualizadas para anticiparse y desenvolverse en un mercado exigente, dinámico y diferente. Actualizarse continuamente le permitirá desarrollar una visión estratégica a largo plazo, con lo cual potenciará la toma de decisiones efectivas, minimizando los riesgos propios de la incertidumbre.
El momento actual exige que las organizaciones tengan una administración estratégica, donde las decisiones se tomen de manera interfuncional, integrando en este proceso a todas las áreas de la empresa como la mejor forma de alcanzar los objetivos, logrando así una mayor proactividad en la configuración del futuro de la misma.
El ritmo acelerado de los cambios ha llevado a un mundo empresarial donde todos los actores deben renovar sus conocimientos técnicos, estar al tanto de los avances tecnológicos e incorporar las herramientas de gestión que le permitan hacer frente a este nuevo escenario. La globalización ha impuesto una nueva forma de gerenciar, en la cual la visión transversal es imprescindible para poder trabajar interactivamente, eliminando distancias y fronteras entre las diferentes áreas o departamentos.
Por otra parte, la gestión de las nuevas generaciones laborales, especialmente de los talentos organizacionales, implica cambios en los estilos de dirección, lo que hace necesario encontrar nuevos paradigmas de gestión. El nuevo gerente debe innovar, ser creativo, desarrollar nuevas habilidades que le permitan relacionarse y dirigir a los miembros de su equipo, creando un rupo de profesionales listo para interpretar las demandas de un mercado cada vez más exigente y cambiante.
Talentos Críticos y Estrategias de Éxito en un Mundo Empresarial Complejo
Además de lo anteriormente expuesto, es imprescindible buscar mejorar la productividad, los procesos, reducir costos, garantizar la calidad de los productos y tener una visión completa de las necesidades de los clientes. Definitivamente, navegamos en un mundo complejo y en este nuevo medio, las empresas tienen que aprender a minimizar los errores, a delinear estrategias y tácticas, actuales y realizables.
Para que esto sea posible deberán apoyarse en las fortalezas de todos sus integrantes, pero muy especialmente en sus talentos críticos, los que necesariamente tendrán que desarrollar una visión integral de la compañía para evitar naufragar en la tormenta. El talento organizacional es el único capaz de generar ventajas competitivas duraderas, ya que es el más escaso y difícil de imitar por la competencia. Para formar parte de ese talento crítico es que necesitamos prepararnos con las mejores herramientas. ¿Dónde encontrarlas? En una Licenciatura en Recursos Humanos con Énfasis en Desarrollo Organizacional.