Soñar despiertos, analizarlo y conseguirlo. Algo que hacemos a diario pero que muchas veces no lo utilizamos como una estrategia de creatividad. El mundo necesita más soñadores y menos críticos.
El Método Walt Disney, una nueva técnica creativa que sirve para combatir la falta de ideas, te ayuda a alejarte de la forma tradicional de pensar para abrirte a nuevas ideas. Todo lo que se necesita es un pequeño equipo de mentes despiertas y mucha imaginación.
“Si puedes soñarlo puedes hacerlo, recuerda que todo esto comenzó con un ratón”, como olvidar esa frase y no llenarse de emoción. Sin duda, uno de los grandes genios que podamos recordar en la historia de la humanidad es Walt Disney y todo el universo que fue capaz de crear.
Fue Robert B. Dilts, el experto en creatividad, quien realizando una exhaustivo análisis de la gran empresa Disney propuso un modelo creativo con el objetivo de ayudar a pequeños grupos (3 a 6 personas) para desarrollar nuevas ideas y soluciones.
Para ponerlo en práctica se utilizan 3 etapas que Walt Disney inventó durante su propio proceso creativo.
Antes de contarte sobre las etapas, es importante que sepas que cada etapa tiene una duración recomendada de 30 a 40 minutos y que cada miembro del equipo debe atravesar por todas las etapas. Un elemento que puede ayudarte para romper la monotonía, es cambiar de lugar físico en cada etapa.
Etapa de los sueños: Lo único que aquí importa es darle rienda suelta a la imaginación. No queremos límites. En esta etapa se plantean lo que queremos lograr, siempre con afirmaciones positivas. Pueden utilizar los recursos que deseen, desde dibujar, cantar, hablar, textos, imágenes, es decir, todo lo que les resulte necesario para poder plasmar ideas sin ningún tipo de barrera.
Etapa realista: ¡Llegó el momento de despertar! Pero despertar no significa dejar de soñar. En esta etapa comenzamos a analizar las ideas y objetivos que surgieron en la etapa de los sueños. Aquí podemos formular preguntas tales como: ¿Se puede aplicar? ¿Contamos con los recursos? ¿Tiene credibilidad? ¿Responde a los objetivos principales? ¿Qué pasos hay que seguir? Estas como muchas otras preguntas ayudarán a resolver si la o las ideas elegidas se pueden convertir en realidad.
Etapa crítica: Aquí es importante entender que la crítica no tiene que ser nunca destructiva. Tendemos a tener más capacidad de tirar abajo ideas que de moldearlas para que puedan ser exitosas.
En esta etapa podemos preguntarnos qué es lo que nos está faltando, si tenemos el tiempo suficiente e incluso animarnos a volver un poco atrás y analizar si realmente fue la idea correcta. Este es el momento de analizar incluso posibles crisis frente a la aplicación de la idea, lo cual no significa algo negativo, sino ir preparándonos.
A todas estas etapas Walt Disney las agrupa con el término Imagineering, el cual se compone de dos palabras: Imaginación, que implica el pensamiento divergente, la etapa de los sueños. E ingeniería, que implica el razonamiento concreto, las etapas realistas y críticas.
El mismo Dilts asegura que estamos educados para ser realistas y críticos, pero vivimos en un mundo donde faltan soñadores, por lo que esta técnica no busca sólo conseguir un objetivo para tu empresa, sino también promover tu imaginación y recordar que tú puedes soñar en grande.
Darnos la posibilidad de soñar y concretar esa idea soñada es realmente un privilegio y que mejor que hacerlo con nuestro equipo de trabajo. No te olvides nunca, “son muchas las manos y los corazones que contribuyen al éxito de una persona” y de una empresa también.