¿Te imaginas que tu próxima consulta al médico sea totalmente Online? Gracias a la inteligencia artificial en salud muchos avances en el mundo de la salud serán claves para mejorar la calidad de vida de las personas.
El Internet de las Cosas ya es parte de nuestra vida cotidiana, diversos dispositivos conectados en nuestro hogar, en el automóvil o hasta para realizar ejercicio físico están haciendo nuestra rutina más sencilla y en muchos casos placentera.
Nuestra salud es algo sumamente importante, por lo que desde hace algunos años se está trabajando para optimizar el trabajo del personal médico haciéndolo más inmediato y preciso, como también la gestión de los centros hospitalarios y el bienestar del paciente.
Esta tendencia de la era digital en el mundo de la salud ha creado un nuevo concepto: el Internet de las cosas médicas (IoTMD), el cual, se centra en alcanzar dos objetivos principales: la monitorización del paciente durante su internación y un seguimiento posterior cuando ha sido dado de alta.
Atención permanente del paciente
En muchos hospitales, ya se ha puesto en práctica la monitorización inteligente, tal es el caso de las smart beds las cuales permiten detectar si una cama está ocupada o el momento en que un paciente se levanta de ella. Estas camas también se ajustan automáticamente a la presión y soporte que el paciente necesita sin la interacción manual del personal de enfermería. Por otro lado, el Internet de las Cosas también permite, en el propio hospital, controlar la temperatura de las diferentes áreas o tener localizado el material médico de manera totalmente centralizada.
¿Ya conocías el osito de peluche enfermero? Gracias al Internet de las Cosas, en diversos hospitales de Reino Unido, Bosnia y Croacia se está probando un osito de peluche el cual, mientras el niño se entretiene jugando, éste lo que hace es medir su temperatura, su ritmo cardíaco y su nivel de oxígeno en sangre.
Otro caso a destacar es el Hospital Infantil de Miami, el primero en integrar un centro de telemedicina que brinda apoyo clínico a distancia en lugares como Kiev (Ucrania), Quito (Ecuador), Lima (Perú) y República Dominicana.
A través de un equipo médico interconectado a Internet, se puede obtener un diagnóstico que permite enviar información en tiempo real, no sólo en videoconferencia, sino también con la transmisión de imágenes en alta definición, y los sonidos de un estetoscopio conectado a través de Bluetooth.
Esta clínica también incluye cabinas aisladas para que sus médicos puedan ofrecer una consulta a distancia y visualizar estudios de radiología. Asimismo, para los niños internados existe una aplicación que les explica acerca del tratamiento que están recibiendo y, a partir de juegos o videos, pueden comprender el motivo de su internación.
El tratamiento no acaba con el alta del hospital
Todos estos cuidados no serían completos si los pacientes dejaran de recibir atención al salir del centro sanitario, especialmente en los casos crónicos. ¿Cómo asegurarse de que el paciente se siga medicando? En el mercado existen frascos de pastillas conectados que envían datos sobre qué cantidad de medicamentos está ingiriendo una persona.
Para la vuelta a casa del paciente, los wearables son muy recomendables, ya que permiten alertar al médico del paciente en caso de que se produzcan arritmias, o los primeros síntomas de problemas cardíacos.
En este sentido, el Internet de las cosas tiene un gran potencial como herramienta para la seguridad del paciente, ya que dichos instrumentos se instalan en su casa, junto a la cama o en sus muñecas, a fin de asegurar que sus cuidadores puedan estar continuamente informados acerca de su recuperación.
Se estima que en pocos años habrá más de 24 billones de dispositivos IoT conectados a la red; una gran cantidad de ellos, suministrando datos médicos a proveedores de servicios de salud gracias al Big Data.
Sin embargo ¿Cómo se administrarán los datos obtenidos de cada paciente? Si bien estos avances son merecedores de aplausos de pie, será un gran desafío mucho más grande que en otros ámbitos, el cuidado de la privacidad del paciente, ya que responde a uno de los principios básicos de la medicina.
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