El crecimiento empresarial se ha visto afectado en la última década; muy pocas empresas logran sostener el ritmo ascendente de sus ventas y utilidades. Sus líderes tienen serias dificultades para sortear los obstáculos que le impone la competencia y la necesidad de incrementar el valor entregado a sus clientes. En este escenario, como nunca antes, el cliente asume un rol preponderante para la sostenibilidad de las empresas. Aquí, la innovación toma nuevas formas y conexiones. Las ideas circulan más libremente, se combinan en otras nuevas y se rompen paradigmas con mayor frecuencia.
Gestionar el cambio y el crecimiento empresarial es una tarea que requiere de una visión clara del camino a transitar y modelos efectivos de crecimiento. Las redes sociales generan formas completamente nuevas de vincularse y hacer transacciones. La nueva economía – donde los individuos intercambian entre sí todo, desde lugares donde divertirse hasta apuntes para el colegio – ha creado una nueva construcción del comercio. Eso era una amenaza competitiva inimaginable hace apenas unos años.
Entender la complejidad del entorno es un nuevo desafío para el management. La próxima amenaza competitiva se espera que provenga de empresas fuera del límite de sus industrias y estos nuevos competidores no sólo buscan posicionarse para quitar cuota de mercado, sino que están transformando industrias enteras; reinventando cómo se crea valor y redefiniendo el concepto de valor.
Como ejemplo, puede verse que nuevos operadores se están aprovechando de la tecnología para innovar y desintermediar partes de la cadena de valor de los servicios financieros. Las empresas de telecomunicaciones han creado servicios de pago más convenientes en los teléfonos inteligentes y los nuevos competidores están transformando los mecanismos de pago tradicionales. Tal como decía un importante CEO de la industria financiera, “es necesaria la Banca, pero los bancos… no estoy tan seguro.”
Indudablemente existe la necesidad de mejorar la gestión de las operaciones a través de redes de valor. Hoy los innovadores ofrecen propuestas diferentes, pueden optimizar la cadena de suministro en tiempo real y crean mejores experiencias individuales para los clientes. Las tecnologías digitales, incluyendo la analítica y la nube, hacen posible construir y optimizar cadenas de valor complejas, lo que permite a muchas organizaciones ampliar los límites de la industria, moviéndose hacia espacios adyacentes. Estas nuevas organizaciones tal vez sean luego sus socios o, inclusive, sus competidores más próximos.
Nunca más importante que hoy es la calidad de las negociaciones como arma estratégica. Si bien los beneficios de la colaboración han sido evidentes desde hace mucho tiempo, la negociacióndebe tomar otra forma de acción, fomentando las conexiones humanas transparentes y creandonuevos modelos de participación para hacer negocios sostenibles. Los CEOs no pueden darse el lujo de esperar los beneficios de una colaboración más estrecha con los clientes, empleados, socios, proveedores y personas influyentes.
Un Máster en Gestión Estratégica de la Innovación nos deja muchas enseñanzas. No hay duda de que una de las actividades más críticas de un CEO es la toma de decisiones, y toda decisión surge de un juego interactivo entre tres impulsos presentes en el cerebro del decisor: lo racional, lo emocional y la imaginación. A la hora de decidir, los directivos necesitan tener un cierto equilibrio entre las distintas fuerzas presentes en su mente. Conocer cómo influyen las emociones en un proceso de toma de decisiones, parece ser el primer paso para valernos de ellas y hacerlas jugar a nuestro favor.
Finalmente, un párrafo para el nuevo entorno laboral. Las nuevas generaciones de trabajadores (generaciones Y y Z) no están conformes con lo que las empresas tradicionales están haciendo y en el futuro prefieren trabajar de forma independiente, usando herramientas digitales. Las nuevas generaciones plantean nuevos desafíos a las organizaciones que tienen que ver con la innovación, el desarrollo de sus habilidades y la contribución a la sociedad.
Los cambios de paradigmas hacen fundamental contar con dirigentes organizacionales muy abiertos, con capacidad de aprender y captar las nuevas tendencias que surgen para la gestión del negocio y dejar de lado algunas herramientas que ya no se acoplan a esta era.
Autor: Alberto Waisman