El valor de una estrategia de sostenibilidad empresarial

Las estrategias de sostenibilidad empresarial son clave para equilibrar la eficiencia operativa, la responsabilidad social y el cuidado del medio ambiente. En este artículo, exploraremos cómo diseñar y ejecutar una estrategia de sostenibilidad efectiva, destacando herramientas de gestión y métricas clave para su seguimiento.

¿Qué es la sostenibilidad empresarial y por qué es importante para los proyectos?

La sostenibilidad empresarial se refiere a la capacidad de las empresas para operar equilibrando crecimiento económico, responsabilidad social y preservación ambiental. Este enfoque estratégico es fundamental para asegurar la viabilidad a largo plazo y cumplir con las demandas de los stakeholders y las regulaciones internacionales.

La sostenibilidad combina tres pilares esenciales:

• Sostenibilidad económica del negocio 
• Sostenibilidad de las personas y su bienestar 
• Sostenibilidad del entorno donde se desarrolla el negocio

Empresas con estrategias sostenibles están mejor preparadas para enfrentar retos globales y aprovechar oportunidades de desarrollo.

Beneficios de las estrategias de sostenibilidad empresarial

Implementar prácticas sostenibles ofrece múltiples beneficios, tanto operativos como estratégicos:

• Mejora de la reputación: Proyecta un compromiso responsable, fortaleciendo la percepción pública y fidelizando a los consumidores.
• Reducción de costos operativos: Disminuir el consumo de recursos y optimizar procesos reduce gastos y mejora la eficiencia.
• Acceso a nuevos mercados: Captar nichos alineados con valores ecológicos genera oportunidades de negocio.
• Cumplimiento normativo: Anticiparse a regulaciones minimiza riesgos legales y asegura la continuidad operativa.
• Atracción de talento: Las nuevas generaciones prefieren trabajar en empresas comprometidas con la sostenibilidad.

Por su parte, los consumidores valoran cada vez más estas empresas que demuestran ser conscientes de su impacto en el entorno. Por lo cual, una reputación sostenible se traduce en un activo intangible de alto valor para la organización. 

Todos estos beneficios dan cuenta de cómo adoptar prácticas de sostenibilidad en la dirección de proyectos.

Estos beneficios demuestran que la sostenibilidad es más que una obligación; es una ventaja competitiva.

¿Qué es la gestión de proyectos de stakeholders y por qué es importante?

La gestión de stakeholders asegura que los intereses de todos los actores clave estén alineados con los objetivos del proyecto. Un mapa de stakeholders ayuda a:

El proceso de elaboración de este mapa suele seguir los siguientes pasos:

1. Identificar a los stakeholders (actores) que podrían verse afectados por el proyecto o que tienen influencia sobre él. Esto incluye tanto stakeholders internos (empleados, accionistas) como externos (clientes, proveedores, comunidad local).
2. Clasificarlos por su nivel de interés en el proyecto y su capacidad para influir en su éxito. Por ejemplo, los reguladores gubernamentales pueden tener un alto nivel de influencia, pero su interés puede variar según el sector.
3. Definir estrategias de comunicación y participación adaptadas a cada grupo de stakeholders. Aquellos con alta influencia y alto interés requerirán una participación activa, mientras que otros con menor interés pueden necesitar solo informes periódicos.

Un ejemplo práctico de mapeo de stakeholders puede ser: proyectos de infraestructura pública, donde los gobiernos locales, las comunidades y los grupos ambientalistas desempeñan roles clave en la toma de decisiones.

¿Qué es un mapa de stakeholders y cómo se utiliza?

Un mapa de stakeholders es una herramienta para identificar y clasificar a los actores clave según su nivel de interés e influencia en un proyecto. Ayuda a diseñar estrategias de comunicación y participación adaptadas a cada grupo.

En este link te dejamos varias plantillas que puedes utilizar para mapear a tus stakeholders, alguno de los ejemplos que vas a encontrar pueden verse de la siguiente manera:

Los grupos comunes dentro de proyectos sostenibles incluyen los gobiernos y reguladores, pues su participación es vital para asegurar que los proyectos cumplan con las regulaciones locales e internacionales, especialmente en áreas como el impacto ambiental y la responsabilidad social.

Por otra parte, las propias comunidades locales también juegan un rol clave, pues son todas las personas que viven en las áreas cercanas donde se implementará el proyecto  y suelen ser las más afectadas por sus resultados, por lo que su participación es crítica para asegurar un desarrollo sostenible.

También, dentro de la gestión de proyectos sostenibles ocupan un rol clave los inversores y accionistas, pues además de estar interesados en los beneficios financieros del proyecto, su interés se enfoca en las prácticas sostenibles que aseguren la viabilidad a largo plazo.

Por último, los clientes y consumidores finales tienen una gran influencia, especialmente si el proyecto se posiciona como sostenible o ecológico.

Una vez identificados estos diferentes actores dentro de nuestros proyectos, los siguientes pasos en la gestión de stakeholders consisten en analizar y actuar sobre las expectativas de los mismos para minimizar las resistencias y maximizar las contribuciones. 

Un componente clave es el desarrollo de estrategias de comunicación efectivas que aseguren que todos los actores relevantes estén informados y alineados con los objetivos del proyecto.

Precisamente, el mapa de análisis de stakeholders nos permite delinear cómo será la comunicación con cada grupo en particular, atendiendo a su interés y su impacto en el proyecto, pues los stakeholders pueden tener expectativas divergentes en relación con el impacto ambiental, los beneficios sociales y el retorno económico. 

¿Cuáles son los KPI’s más comunes para medir la sostenibilidad de los proyectos?

Los KPIs (Key Performance Indicators) para medir la sostenibilidad de proyectos permiten evaluar el impacto y efectividad de las estrategias sostenibles implementadas. Los indicadores más comunes que encontramos se dividen en tres áreas principales: ambiental, social y económica.

KPIs ambientales

Dentro de esta primera categoría podemos encontrar: 

• Emisiones de CO2: Medir las emisiones de dióxido de carbono es fundamental para conocer el impacto del proyecto en el cambio climático. Este KPI se puede expresar en toneladas de CO2 emitidas por año o por unidad de producto.

• Consumo de energía: Este KPI mide la cantidad de energía consumida y el porcentaje que proviene de fuentes renovables, es común expresarlo en términos de kWh consumidos o la proporción de energía limpia utilizada en el proyecto.

• Consumo de agua: Cuantifica la cantidad de agua utilizada en el proyecto y permite evaluar la eficiencia hídrica. Su medición puede expresarse en metros cúbicos de agua consumida o litros por unidad producida.

• Residuos generados y reciclados: Mide la cantidad de desechos generados y el porcentaje de estos que se reciclan o reutilizan. Este KPI es clave para conocer la eficiencia en la gestión de residuos y minimizar el impacto ambiental.

• Uso de materiales sostenibles: Refleja el porcentaje de materiales reciclados o de origen sostenible utilizados en el proyecto, lo que ayuda a reducir la dependencia de recursos no renovables.

KPIs sociales

En relación a los indicadores que nos permiten medir el impacto de nuestros proyectos en sus sociedades, podemos mencionar:

• Creación de empleo local: Este KPI mide la cantidad de empleos generados por el proyecto en la comunidad local, lo que puede contribuir a fortalecer las economías locales y aumentar el impacto social positivo.

• Condiciones de trabajo y seguridad: Evalúa el cumplimiento de normas de seguridad laboral y el bienestar de los empleados, comúnmente medido a través de la tasa de accidentes y la satisfacción de los trabajadores.

• Impacto en la comunidad: Analiza los beneficios directos e indirectos para la comunidad local, tales como infraestructura, salud y educación. Puede medirse mediante encuestas de satisfacción de la comunidad o evaluaciones de impacto social.

• Diversidad e inclusión: Mide el compromiso del proyecto con la diversidad de género, edad, y origen étnico en su equipo de trabajo, reflejando una cultura inclusiva y equitativa.

KPIs económicos

Por último, encontramos los KPI que miden el impacto en el plano económico, entre ellos:

• Retorno de la Inversión (ROI) Sostenible: Quizás el más conocido de todos, este KPI calcula el rendimiento financiero del proyecto considerando su impacto sostenible, lo que permite justificar la viabilidad económica de los esfuerzos de sostenibilidad.

• Costo de implementación de la sostenibilidad: Analiza el presupuesto destinado a prácticas sostenibles, lo que ayuda a entender el costo-beneficio de la sostenibilidad en comparación con métodos tradicionales.

• Ahorro operacional: Mide los ahorros obtenidos por el proyecto a partir de la eficiencia energética, la reducción de residuos y la reutilización de materiales, lo cual indica la rentabilidad de las prácticas sostenibles.

• Cumplimiento de normativas y certificaciones: Indica el grado de cumplimiento de las normas ambientales y sociales requeridas para la certificación del proyecto (por ejemplo, LEED o ISO 14001), validando su compromiso con los estándares internacionales.

• Valor de marca y reputación: Este último KPI mide el impacto de la sostenibilidad en la percepción de la marca por los stakeholders, incluyendo clientes, inversores y la comunidad, lo cual puede evaluarse a través de encuestas de percepción o indicadores de reputación.

Conclusiones

El éxito de las estrategias de sostenibilidad para empresas y proyectos radica en la integración de una planificación rigurosa y un seguimiento constante mediante KPIs de sostenibilidad que permitan medir los resultados del proyecto en términos de impacto ambiental, social y económico. 

Además de los indicadores ambientales, es fundamental monitorear indicadores sociales y económicos para asegurarse de que los beneficios del proyecto sean distribuidos equitativamente entre los stakeholders, lo cual se traduce en un beneficio mucho mayor para las sociedades donde las compañías operan. 

A medida que las empresas enfrentan mayores presiones para cumplir con estándares de sostenibilidad, aquellas que logran involucrar a todos sus stakeholders en el proceso estarán mejor posicionadas para alcanzar sus metas a largo plazo.