La realidad actual nos ha demostrado que vivimos en tiempos de permanentes cambios e incertidumbre. Quien ocupa un cargo directivo debe estar preparado para no cometer errores y llevar adelante su equipo y conseguir los objetivos planteados.
Quien ocupa hoy un cargo directivo se encuentra en un gran desafío, si bien estamos más propensos a no tomar las perfectas decisiones, es importante evitar errores que son prácticamente universales.
1. Si funcionó una vez, funcionará siempre
Muchos líderes caen en el error de pensar que si algo se hizo bien una vez y funcionó así, debe continuar por mucho más tiempo. Es necesario tener en cuenta que una empresa es un ser vivo en permanente mutación, no sólo mutan los empleados y los clientes, sino también las mismas herramientas que vamos usando a diario. Actualizarse es fundamental, no alcanza con lograr los objetivos, es fundamental intentar superarse y buscar nuevas alternativas. Caer en la comodidad de lo bien hecho puede hacernos perder grandes oportunidades ¡Hay que perderle miedo al error!
2. Una carrera a toda velocidad
En contrapunto con lo mencionado anteriormente, el exceso de competitividad nos puede llevar a ser despiadados solo por conseguir nuestros objetivos. Muchos “líderes” sienten que están en medio de una carrera de Fórmula 1 donde lo único importante es llegar primero y en el mejor tiempo. Tarde o temprano, el accidente ocurre.
Intenta descubrir cuál es el ritmo necesario y busca el trabajo en equipo. El camino recorrido muchas veces nos dará mejores resultados que la meta. Trata de desarrollar el talento de cada miembro de tu equipo, eso los hará más capaces de tener éxito.
3. Por más bueno que sea el clavo, debe aprender a ser tornillo.
¿Cuántas veces hemos visto que se promociona a puestos gerenciales a personas que eran excelentes en lo que hacían pero que no tenían desarrolladas sus capacidades de liderazgo? Aquí no decimos que si eres clavo, nunca serás tornillo, sino que para moldearte y obtener nuevas habilidades gerenciales es de suma importancia que te prepares.
En este punto, es importante que cada empresa se pregunte ¿Evalúo previamente si la persona a promocionar reúne las condiciones para dirigir personas? ¿Promuevo los medios necesarios para desarrollar sus competencias, conocimientos y actitudes de liderazgo?
4. Exponer los errores de forma pública para que “mejore” su rendimiento
Aquí no sólo se demuestra falta de profesionalismo sino de humanidad. Gritar a viva voz el error de un miembro de tu equipo pensando que el escarnio público mejorará su productividad, es algo totalmente absurdo. Lo único que provocará es falta de autoestima y resentimiento.
Claro que es importante que ante cualquier error se haga una pausa para mejorarlo, pero si la equivocación fue de una persona en concreto lo ideal es hacerlo en privado y si fue de todo el equipo es necesario resaltar los puntos de mejora a través de una crítica constructiva.
No hagas que el departamento de RR.HH tenga que escuchar las quejas de tu equipo, eres tú quien tiene que generar la suficiente confianza como para solucionar los inconvenientes.
5. Lo único importante es de las puertas para adentro
Muchos directivos tienen la tendencia a encerrarse en su propia función y los objetivos que se poseen como área. Nada es más importante que lo que sucede en su oficina. Sin embargo, cada empresa es como un gran cuerpo donde es necesario que todos los órganos funcionen correctamente y de forma conjunta.
Esta pérdida de una visión global genera a su vez una pérdida de objetividad respecto a lo que sucede realmente en la empresa. Intenta todo el tiempo generar estrategias conjuntas con otras áreas. No asumas que quienes trabajan enfrente tuyo son competencia, sino aliados.
6. Sin vocación de servicio no hay liderazgo
Cómo el mismo título lo dice, quién no tiene capacidad de servicio, nunca será un buen líder. Recuerda siempre que tu equipo no depende de ti, sino que tú dependes de ellos y por eso es necesario que sepas motivarlos, acompañarlos y guiarlos.
Muchos caen en la tentación de creer que los demás están a su servicio y debe aprovecharse ese momento de “poder absoluto” Sin embargo, un equipo disconforme es el mayor fracaso de un líder ¿En qué aspectos deberías mejorar para ser más servicial?
7. A la hora de armar tu equipo, hazlo con el corazón, no con tu ego.
Es cierto que además del corazón es importante elegir con la cabeza, pero nunca, nunca con el ego.
Vivimos en tiempos donde cada profesional tiene la posibilidad de desarrollar cada vez más sus conocimientos. Seguro que conoces casos, en donde un empleado tiene más conocimientos que su líder. No veas esto como una amenaza, sino como la posibilidad de aprender del otro y de saber acompañarlo para mejorar tu propio liderazgo
Trabaja tu autoestima, no escojas al que menos sabe o el que menos inquietudes tiene, elije al indicado. Tus propias inseguridades pueden frenar no sólo tu crecimiento, sino el crecimiento de toda la empresa. Estudiar desarrollo gerencial puede expandir tus oportunidades.