La sostenibilidad empresarial responde a la necesidad de las organizaciones de garantizar la viabilidad a largo plazo de sus negocios. La dirección de proyectos verdes combina esta visión estratégica, respondiendo a las tendencias de los marcos regulatorios y a las demandas de los propios consumidores en pos de cuidar el medioambiente.
En este artículo, exploramos qué implica la dirección de proyectos verdes y sostenibles y su importancia en el panorama empresarial actual, pensando en las estrategias 2025.
¿Qué es la sostenibilidad empresarial y por qué es importante para los proyectos verdes?
La sostenibilidad empresarial se refiere a la capacidad de una organización para operar de manera que se aseguren beneficios económicos, mientras se minimizan los impactos negativos en el medio ambiente y se generan beneficios sociales. Allí radica la gran diferencia entre ser rentables y ser sostenibles.
En el contexto de los proyectos, al hablar de sostenibilidad juega un papel clave el modo en que las compañías logran alinear sus iniciativas con los objetivos globales definidos por la ONU en la declaración de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Dentro de esta categoría, puntualmente los proyectos verdes son aquellos cuyas iniciativas impactan de manera positiva en aspectos ambientales, contribuyendo a un entorno más seguro y humano, por ejemplo, de la mano de iniciativas que reduzcan la huella ambiental, promuevan la equidad social y mejoren la eficiencia económica.
¿Es lo mismo hablar de proyectos sostenibles que de proyectos verdes?
Aunque los términos “proyectos sostenibles” y “proyectos verdes” están estrechamente relacionados, no son sinónimos exactos, ya que tienen enfoques y alcances sutilmente diferentes.
Como decíamos más arriba, los proyectos sostenibles tienen un enfoque amplio, ya que integran las tres dimensiones de la sostenibilidad: ambiental, social y económica. Estos proyectos no solo buscan reducir el impacto ambiental, sino también generar valor social y asegurar su viabilidad económica a largo plazo.
Un proyecto sostenible considera:
- Bienestar social y equidad (inclusión, empleo digno, apoyo a comunidades locales).
- Rentabilidad y eficiencia económica (gestión financiera responsable).
- Conservación ambiental (gestión de residuos, eficiencia energética, reducción de huella de carbono).
Dicho esto, podríamos pensar por ejemplo en un proyecto sostenible como la construcción de un edificio con materiales ecológicos, pero que también sea accesible para comunidades vulnerables y económicamente rentable para los inversionistas.
Por su parte, los proyectos verdes se enfocan puntualmente en el impacto ambiental, buscando minimizar los efectos negativos sobre el medio ambiente y promover prácticas que favorezcan la regeneración y protección ecológica.
Este tipo de proyectos típicamente se asocia con iniciativas relacionadas con:
- Reducción de emisiones de carbono.
- Uso de fuentes de energía renovables.
- Conservación de recursos naturales.
- Reforestación y restauración de ecosistemas.
- Edificaciones con certificaciones ambientales, como LEED o BREEAM.
El término “verde” enfatiza el aspecto ambiental del proyecto, haciéndolo especialmente relevante para iniciativas que tienen como objetivo primario mitigar el cambio climático o proteger la biodiversidad.
Si atendemos a la declaración de Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS), al hablar de proyectos verdes podríamos identificar cómo estos se alinean a los objetivos 6, 7, 13 y 15.
10 puntos que debes saber si estás pensando en proyectos verdes
La principal característica de los proyectos verdes es su enfoque preciso en la dimensión ambiental, buscando proteger y restaurar el medio ambiente. Un proyecto verde puede ser parte de un proyecto sostenible, pero no todos los proyectos sostenibles son exclusivamente verdes.
Pensar en proyectos verdes pone en el centro de nuestra gestión la necesidad de evaluar el impacto ambiental, identificando riesgos y oportunidades de nuestro negocio.
Al considerar la dirección de proyectos verdes integramos los principios de sostenibilidad desde la concepción del proyecto hasta su ejecución y cierre. Aquí te presentamos 10 aspectos clave que debes considerar si estás pensando en llevar adelante un proyecto verde:
1. Definición clara de objetivos sostenibles
El éxito de un proyecto verde comienza con la definición de objetivos claros y alineados con estándares de sostenibilidad reconocidos como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Estos objetivos deben estar enfocados en áreas como reducción de emisiones, uso eficiente de recursos, inclusión social o mejora de la biodiversidad.
2. Análisis y medición de impacto ambiental
Es fundamental realizar un análisis de impacto ambiental desde el inicio del proyecto para identificar posibles efectos negativos y planificar su mitigación. Esto puede incluir estudios de huella de carbono, análisis del ciclo de vida de los materiales y evaluaciones de eficiencia energética.
3. Selección de materiales y recursos sostenibles
Los proyectos verdes priorizan el uso de materiales reciclados, renovables o con baja huella ambiental. Alienado a esto, se debe optar por proveedores que cumplan con prácticas sostenibles y fomentar la economía circular en todas las etapas del proyecto.
4. Gestión avanzada de stakeholders
Identificar, mapear y gestionar a los stakeholders es crucial para garantizar el éxito de un proyecto verde. Esto implica involucrar a comunidades locales, organismos reguladores, socios estratégicos y clientes, asegurando que sus intereses y expectativas estén alineados con los objetivos sostenibles del proyecto.
5. Incorporación de tecnologías sostenibles
La tecnología juega un papel clave en la dirección de proyectos verdes. Herramientas como el Internet de las cosas (IoT), inteligencia artificial y software de gestión de proyectos permiten optimizar procesos, monitorear indicadores de sostenibilidad en tiempo real y reducir ineficiencias.
6. Definición y seguimiento de KPIs de sostenibilidad
Establecer indicadores clave de desempeño específicos para la sostenibilidad es esencial para medir el progreso y evaluar el éxito del proyecto. Ejemplos de KPIs incluyen reducción de emisiones, ahorro de agua, porcentaje de materiales reciclados utilizados o impacto social generado.
7. Cumplimiento normativo y anticipación de regulaciones
Los proyectos verdes deben alinearse con las normativas locales e internacionales en materia ambiental, como la ISO 14001 para sistemas de gestión ambiental. Anticiparse a cambios regulatorios futuros es clave para evitar riesgos legales y reputacionales.
8. Capacitación de los equipos de trabajo
El éxito de un proyecto verde depende en gran medida de las personas que lo ejecutan. Es esencial formar y sensibilizar a los equipos sobre prácticas sostenibles, brindándoles herramientas para incorporar la sostenibilidad en sus decisiones diarias.
9. Transparencia y comunicación
Comunicar de forma transparente los avances y resultados del proyecto en todo momento, tanto a stakeholders internos como externos, fortalece la confianza y la reputación de la empresa. Los reportes de sostenibilidad y las plataformas de comunicación digital pueden ser útiles para este propósito.
10. Planificación para la resiliencia y adaptación
Los proyectos verdes deben diseñarse con la capacidad de adaptarse a condiciones imprevistas, como eventos climáticos extremos o cambios en la disponibilidad de recursos. Incorporar análisis de riesgos y estrategias de mitigación en la etapa de planificación resultará esencial para garantizar que el proyecto pueda mantenerse sostenible y operativo en el largo plazo.
¿Qué son las certificaciones verdes para empresas?
Las certificaciones verdes para empresas son reconocimientos otorgados por organismos especializados que avalan el compromiso de una organización con prácticas sostenibles, desde la reducción de emisiones de carbono hasta el uso de materiales reciclados.
De acuerdo a la encuesta ESG Empowered Value Chains 2025, realizada a ejecutivos de distintas empresas del mundo, se reveló que solo el 6% de la muestra cuenta con objetivos sustentables integrados a los del negocio. Estos datos dan cuenta de los grandes desafíos que aún existen por delante para alinear la gestión de las compañías a una gestión sustentable.
En este sentido aparecen las certificaciones verdes que dan cuenta del compromiso de las organizaciones, que pueden dividirse en diferentes categorías, entre las cuales encontramos las certificaciones ecológicas, como las reconocidas ISO 14001 centradas en sistemas de gestión ambiental. También se hallan las certificaciones sociales, como B Corp, que evalúa tanto el impacto social como ambiental de las compañías y, por último, las certificaciones de producto, como el caso de las LEED para edificaciones sostenibles.
Para obtener una certificación verde, las empresas deben cumplir criterios específicos y pasar auditorías exhaustivas. Por ejemplo, el sello Carbon Neutral exige la medición y compensación de la huella de carbono de toda la cadena de valor.
Estrategias de proyectos verdes para el 2025
Para las estrategias 2025, los proyectos verdes representan un pilar fundamental en la evolución hacia un modelo empresarial más sostenible y competitivo. Estas iniciativas no solo refuerzan el compromiso ambiental de las organizaciones, sino que también generan un impacto tangible en sus operaciones y su reputación.
Las empresas que prioricen proyectos verdes estarán mejor preparadas para afrontar las exigencias del mercado y para construir un legado que trascienda generaciones. ¿Tu compañía está dispuesta a ser protagonista de un futuro más sostenible? Conoce los Programas de Formación de ADEN y da el siguiente paso en tu compromiso con el medio ambiente.