La cultura de cumplimiento como ventaja competitiva en América Latina

En América Latina, el panorama del derecho y compliance ha experimentado transformaciones significativas en los últimos años. Desde los casos de corrupción que marcaron un hito en la región hasta la creciente presión por parte de organismos internacionales, las empresas han tenido que adaptarse rápidamente a nuevas normativas y expectativas, tanto locales como globales. 

A medida que las organizaciones se enfrentan a una creciente complejidad regulatoria y a la necesidad de mantener una ética empresarial sólida, el compliance se ha convertido en un campo vital para la sostenibilidad y crecimiento de los negocios. Esto implica que cada miembro de la empresa, desde los altos ejecutivos hasta los empleados, entienda y se sienta responsable de mantener altos estándares de ética y cumplimiento en todas las áreas del negocio.

Pero, ¿cómo lograr convertir al compliance en una estrategia aliada? De eso hablaremos en esta nota del Grupo Educativo ADEN .

Evolución del compliance y regulaciones internacionales actuales

A medida que los mercados se globalizan y las relaciones comerciales se diversifican, el compliance ha pasado de ser una función administrativa aislada a convertirse en un elemento estratégico integral de la gestión corporativa. El desarrollo del compliance en países como EE.UU. y Reino Unido ha sido ampliamente documentado, como lo señala ADEN en su manual Antecedentes de Compliance. Sin embargo, estos no son los únicos ejemplos.

El auge del compliance en Estados Unidos

En Estados Unidos, la evolución del compliance tiene sus raíces en la década de 1970, con la promulgación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (FCPA, por sus siglas en inglés) en 1977. Esta ley surgió como respuesta a los crecientes casos de corrupción de empresas estadounidenses en el extranjero, particularmente en América Latina y Asia. La FCPA establece regulaciones estrictas contra el soborno y la corrupción, lo que obligó a las empresas a revisar sus prácticas de negocio y a adoptar políticas y procedimientos internos para garantizar el cumplimiento de la ley.

A partir de allí, la cultura de cumplimiento en Estados Unidos comenzó a profesionalizarse y expandirse, sobre todo en sectores altamente regulados como el financiero, el farmacéutico y el energético. 

El escándalo de Enron en 2001, uno de los mayores fraudes corporativos de la historia, dejó claro que el compliance debía ser una prioridad estratégica para las empresas. Como respuesta, se promulgó la Ley Sarbanes-Oxley (SOX) en 2002, que impuso nuevas regulaciones más estrictas sobre la transparencia financiera y las auditorías internas. 

El compliance en Europa: Desde la directiva hasta la implementación

En Europa, el concepto de cumplimiento también evolucionó a medida que la región se unificaba bajo una legislación común y las empresas se internacionalizaban. A diferencia de Estados Unidos, donde las leyes de compliance surgieron de un entorno de escándalos corporativos, en Europa el enfoque fue más preventivo y orientado a la cooperación. La Directiva de la Unión Europea sobre la lucha contra el blanqueo de capitales, introducida en los años 90, marcó un hito importante al estandarizar las regulaciones sobre lavado de dinero y financiamiento del terrorismo en todos los estados miembros.

Sin embargo, fue la Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de 2018, una de las regulaciones más estrictas a nivel mundial en términos de privacidad y protección de datos, la que reforzó aún más la importancia del compliance en el continente. Esta normativa obligó a las empresas a modificar profundamente sus prácticas de manejo de datos, implementando políticas de seguridad y procesos de auditoría para garantizar la privacidad de los usuarios, lo que puso el cumplimiento al frente de las preocupaciones empresariales.

Alemania ha optado por un modelo administrativo en lugar de penal para la responsabilidad de las empresas. La Ley de Ofensas Administrativas (OWiG) establece sanciones económicas a compañías cuyos directivos cometan delitos, pero no contempla penas de prisión para entidades jurídicas.

El caso Siemens, uno de los mayores escándalos de corrupción en el país, impulsó la adopción de programas de compliance más rigurosos. Un concepto clave en la legislación alemana es el deber de vigilancia, que impone sanciones a empresas que no implementen controles efectivos para evitar infracciones.

Diferencias con la FCPA de EE.UU.:

  • En Alemania, tanto el soborno activo como pasivo son delitos, mientras que en EE.UU. solo se sanciona el soborno activo.
  • Alemania tipifica el soborno comercial (commercial bribery), lo cual en EE.UU. es legal en ciertos casos.
  • La FCPA requiere dolo, mientras que la legislación alemana incluye negligencia como causal de sanción.

Vayamos a Reino Unido. La UK Bribery Act (UKBA) de 2010 es una de las leyes más estrictas a nivel mundial. Sanciona:

  • El soborno activo y pasivo.
  • La falta de medidas de prevención contra la corrupción.
  • Pagos de facilitación (facilitating payments), prohibidos incluso si son permitidos en otros países.

En 2017, el Reino Unido introdujo la Criminal Finances Act, que impone sanciones a empresas por no prevenir la evasión fiscal.

El compliance en América Latina: Un camino hacia la profesionalización

Durante muchos años, la cultura empresarial en la región fue más permisiva con la corrupción, lo que permitió que muchas empresas operaran en entornos con pocos controles y sin políticas de cumplimiento robustas. Sin embargo, en las últimas dos décadas, la situación ha comenzado a cambiar rápidamente.

En el libro de ADEN, Compliance en Latinoamérica, se describe cómo distintos países han adoptado marcos normativos inspirados en regulaciones internacionales.

El escándalo de Lava Jato, que implicó a varios gobiernos y empresas en Brasil y otros países latinoamericanos, fue un catalizador fundamental para el fortalecimiento de los sistemas de compliance en la región. En respuesta a este escándalo de corrupción masiva, varios países implementaron reformas legales para combatir la corrupción y fortalecer las prácticas de transparencia en las empresas.

La integración de Chile en el mercado global y la necesidad de atraer inversores han impulsado al país a fortalecer su marco de compliance. Chile es firmante de tratados internacionales como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y la Convención de la OCDE contra el Cohecho. 

Uno de los cambios más significativos fue la implementación de la Ley N° 20.393 en 2009, que introdujo la responsabilidad penal de las personas jurídicas, rompiendo con el principio de que solo los individuos podían ser penalmente responsables.

Esta ley se centra en delitos como el lavado de dinero, financiamiento del terrorismo y cohecho, estableciendo modelos de prevención que las empresas deben adoptar. Dichos modelos incluyen la designación de un encargado de prevención, un sistema de auditorías financieras, sanciones internas y un sistema de denuncias.

Además, en 2018 se aprobó la “Ley Anticorrupción” (Ley 21.121), que amplió el catálogo de delitos, incorporando el soborno entre privados, la administración desleal y la apropiación indebida. Posteriormente, la Ley 21.132 incluyó delitos ambientales y de pesca ilegal en el régimen de responsabilidad penal de las empresas.

Otros países, como México, Argentina y Colombia, también han adoptado leyes y regulaciones similares, reflejando un compromiso con la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento del cumplimiento normativo. 

¿Qué nos depara este año a las organizaciones? Para saber más, lee nuestro artículo sobre las estrategias de compliance en 2025.

El rol del oficial de cumplimiento y el código ético

El oficial de cumplimiento, conocido comúnmente como compliance officer, desempeña un papel crucial en la implementación y supervisión de las políticas de cumplimiento dentro de las empresas. Su labor va mucho más allá de simplemente asegurar que la organización cumpla con las regulaciones externas; su función abarca la creación, monitoreo y fortalecimiento de una cultura ética que permea todos los niveles de la organización, desde los directivos hasta los empleados.

Por otro lado, el código ético es la base que guía las decisiones y comportamientos dentro de la empresa, proporcionando un conjunto claro de principios que dictan cómo deben actuar los empleados en diversas situaciones. 

Mientras que el oficial es el encargado de velar por la implementación y el seguimiento de las políticas y procedimientos, el código ético proporciona el marco normativo y los valores que guían dichas políticas. 

Desarrollo e implementación de políticas de compliance

El oficial de cumplimiento en Latinoamérica tiene la responsabilidad de crear y actualizar las políticas que regulan las actividades internas de la empresa, como las relativas a la prevención de corrupción, el blanqueo de dinero, el manejo de datos y la protección de los derechos de los consumidores. Esto incluye la redacción del código ético, asegurando que las directrices sean claras, aplicables y adecuadas al contexto de la empresa.

Monitoreo y control

Su trabajo no termina con la creación de políticas: también debe supervisar su cumplimiento mediante auditorías periódicas, revisiones de procesos y el monitoreo continuo de las actividades empresariales para identificar cualquier posible irregularidad o área de riesgo. Esto incluye la supervisión de los sistemas de denuncia y el manejo adecuado de las alertas de posibles violaciones.

Entrenamiento y capacitación

Es fundamental que los empleados estén informados y comprometidos con los principios de compliance. El oficial de cumplimiento organiza programas de formación continua para todo el personal, asegurando que todos comprendan el código ético y las políticas de la empresa, así como las implicaciones legales y reputacionales de no cumplirlas.

Gestión de riesgos

El oficial de cumplimiento es clave para la identificación, evaluación y mitigación de riesgos dentro de la organización. Este enfoque proactivo ayuda a la empresa a anticipar y evitar potenciales problemas legales, financieros o de reputación.

Promover la cultura ética

Además de velar por el cumplimiento de normas externas, el oficial de cumplimiento debe ser un promotor de una cultura organizacional basada en la ética y la transparencia. Esto implica la comunicación constante sobre la importancia de actuar con integridad, la resolución de conflictos éticos y la gestión de casos en los que los valores corporativos se vean comprometidos.

Estándares para la elaboración de programas de cumplimiento

Construir toda una estructura de compliance en una empresa, sin importar su tamaño, no es tarea fácil ni de corto plazo. Se trata de un proceso estratégico, profundo y continuo que requiere un compromiso sincero desde todos los niveles de la empresa.

Compromiso desde la alta dirección

El primer paso crucial para construir una cultura de cumplimiento es que la alta dirección demuestre un compromiso claro e inquebrantable con el cumplimiento y la ética. Este compromiso debe ser visible, coherente y transversal. Si los líderes no adoptan una postura ejemplar, difícilmente podrán esperar que los empleados lo hagan. La alta dirección debe ser la primera en cumplir las normativas internas y externas y debe actuar como un modelo de integridad.

Gobernanza y políticas de cumplimiento

Las políticas de cumplimiento son directrices que guían el comportamiento de los empleados y establecen los procedimientos para garantizar que se cumplan las leyes y normativas internas y externas. Estas políticas deben ser claras, accesibles y reflejar la cultura organizacional.

De nada sirve tener políticas si no son comprensibles o si no están disponibles para todos los niveles de la organización.

Es esencial que exista una comisión de cumplimiento o un comité de auditoría que supervise la implementación y ejecución de las políticas, asegurando que las prácticas de la organización se ajusten a los valores éticos y legales.

Algunas políticas clave incluyen:

  1. Código de ética y conducta: Un documento que establece los principios éticos y las expectativas de comportamiento dentro de la organización. Debe abordar temas como conflictos de interés, anticorrupción y protección de datos.
  2. Política anticorrupción: Define las normas y prácticas que prohíben el soborno y otras formas de corrupción dentro de la organización, así como las consecuencias de violar estas normas.
  3. Política de protección de datos: Establece las directrices sobre el manejo de la información personal y confidencial de empleados, clientes y socios, asegurando el cumplimiento con leyes de protección de datos como el GDPR en Europa o la LFPDPPP en México.
  4. Política de denuncias: Facilita que los empleados informen de manera confidencial y segura cualquier actividad sospechosa o violación de las políticas internas, sin temor a represalias.
  5. Política de formación continua: Asegura que todos los empleados reciban capacitación periódica sobre las políticas de cumplimiento, legislación vigente y las mejores prácticas dentro de la industria.

Formación y sensibilización constante

Los empleados deben ser entrenados no solo sobre las leyes y regulaciones que rigen el sector, sino también sobre los valores éticos y la responsabilidad social de la empresa. Pero, además, la capacitación debe ser interactiva, dinámica y diseñada para involucrar activamente a los participantes, de manera que se pueda aplicar lo aprendido en su trabajo diario.

Las sesiones de formación no deben ser una actividad puntual, sino un proceso continuo. 

Liderazgo ético y modelo a seguir

 Los directivos deben demostrar a través de sus acciones cotidianas que cumplen con las políticas internas y los estándares éticos, y deben incentivar y premiar a aquellos empleados que también actúan de manera ética.

Además, el liderazgo debe ser accesible y receptivo, promoviendo un entorno en el que los empleados se sientan cómodos discutiendo dilemas éticos o cuestiones legales. Los líderes deben crear un espacio de diálogo abierto, en el que se puedan plantear preocupaciones sin miedo a represalias.

Implementación de sistemas de control y supervisión

No basta con confiar en la buena voluntad de los empleados: también se debe implementar un sistema robusto de control y supervisión. Este sistema debe incluir auditorías periódicas, revisiones de procesos y análisis de riesgos. Es esencial tener indicadores de cumplimiento que permitan evaluar el rendimiento de la empresa en términos de conformidad con las políticas internas y externas.

Los sistemas tecnológicos, como el software de gestión de riesgos, también pueden jugar un papel clave en la supervisión del cumplimiento. Estos sistemas permiten a las empresas rastrear, evaluar y reaccionar rápidamente ante posibles irregularidades.

Canales de denuncias: Herramienta clave en la gestión de cumplimiento

Este tipo de sistemas permiten una gestión proactiva de la ética dentro de la organización. No es solo una herramienta reactiva para enfrentar infracciones, sino un mecanismo preventivo que demuestra el compromiso de la empresa con valores fundamentales, lo que mejora la reputación empresarial y fortalece su posición en el mercado.

En algunas culturas empresariales, hablar sobre irregularidades o denunciar comportamientos inapropiados puede ser percibido como algo negativo. Superar esta barrera cultural requiere un compromiso claro de la alta dirección y la creación de un entorno donde las denuncias sean vistas como una herramienta de mejora continua.

Tipos de canales de denuncias

Los canales de denuncias pueden adoptar diversas formas, y es importante que las empresas elijan aquellos que mejor se adapten a sus necesidades y a la cultura organizacional. Algunos ejemplos incluyen:

  • Plataformas digitales
  • Líneas telefónicas
  • Buzones físicos
  • Correo electrónico confidencial

Los canales de denuncias deben ser fáciles de usar y estar disponibles para todos los miembros de la organización, sin barreras tecnológicas o burocráticas. Esto puede incluir opciones como líneas telefónicas, correos electrónicos, plataformas digitales o incluso buzones físicos para quienes no tienen acceso a tecnología.

Un canal de denuncias efectivo tiene un impacto directo en la cultura organizacional, promoviendo una mayor transparencia y responsabilidad. Cuando los empleados saben que existe un mecanismo confiable para expresar sus preocupaciones, el ambiente laboral mejora. Los empleados se sienten más valorados y respetados, lo que aumenta la satisfacción laboral y reduce la rotación.

¿Quiénes pueden encargarse de recibir las denuncias?

Es necesario que las denuncias sean gestionadas por un equipo independiente y objetivo, que pueda investigar sin sesgos ni influencias externas. La imparcialidad en el manejo de la denuncia es esencial para mantener la credibilidad del sistema y garantizar que todas las partes sean escuchadas y tratadas de manera justa.

Ética empresarial: Más allá de la Responsabilidad Social Corporativa

En su libro Ética Empresarial, el Dr. Roberto Rabouin, experto en Liderazgo y Habilidades Directivas, analiza la evolución de la ética en la empresa y su importancia en la sociedad actual.

Vivimos en una era en la que la crisis de valores es un fenómeno ampliamente debatido. Las demandas de los consumidores y las expectativas sociales en torno a la ética y las prácticas empresariales han aumentado. A medida que las empresas se enfrentan a críticas sobre prácticas laborales, derechos humanos, impacto ambiental y corrupción, surge la necesidad de regenerar un relato moral sólido que no solo se limite a declaraciones superficiales de responsabilidad, sino que se base en principios y comportamientos éticos auténticos.

Un relato moral sólido debe estar respaldado por una ética empresarial que trascienda el mero cumplimiento normativo. La ética empresarial no puede ser solo una estrategia de marketing, donde las compañías únicamente hacen eco de lo que se espera de ellas para construir una imagen positiva ante el público. Debe existir un compromiso genuino con el bien común, que se refleje en las decisiones y acciones cotidianas de la empresa.

Si bien estas prácticas son positivas, a menudo quedan limitadas a una imagen superficial que no aborda los problemas estructurales más profundos que las empresas deben resolver. Por ejemplo, es fundamental que las empresas revisen y reformen su cadena de suministro, garantizando que las prácticas laborales sean éticas y que se respeten los derechos de los trabajadores, independientemente de su ubicación geográfica.

El relato moral necesario para una RSC auténtica debe centrarse en la creación de un impacto social positivo, real y duradero, que no se limite a iniciativas puntuales, sino que esté integrado en cada nivel y actividad de la empresa. Esto incluye adoptar modelos de negocio sostenibles y políticas de gobernanza que favorezcan el bienestar social y ambiental, abordando los desafíos globales como la pobreza, el cambio climático, la desigualdad social y la corrupción. Estos son los desafíos diarios de un compliance officer.

Resumen de preguntas frecuentes sobre tu estrategia de compliance

A continuación, resolvemos algunas de las preguntas más comunes que pueden surgir al momento de pensar en compliance en empresas latinoamericanas.

  1. ¿Cómo afecta el compliance a la competitividad de una empresa?

    El compliance fortalece la reputación corporativa y reduce los riesgos legales, lo que incrementa la confianza de los clientes, inversores y otros stakeholders. Esto, a su vez, mejora la competitividad al generar un ambiente más seguro y transparente para hacer negocios.

  2. ¿Cómo manejar la resistencia interna a las políticas de cumplimiento?

    La resistencia interna se puede gestionar mediante una comunicación clara y constante sobre los beneficios del compliance, involucrando a todos los niveles de la organización y proporcionando formación adecuada. También es crucial que los líderes empresariales den el ejemplo y respalden las políticas implementadas.

  3. ¿Cómo integrar la sostenibilidad con la cultura de cumplimiento?

    La sostenibilidad debe formar parte integral de la cultura de cumplimiento, alineando las estrategias de cumplimiento con las prácticas responsables en el ámbito social, medioambiental y económico. Esto implica incorporar criterios éticos y sostenibles en la toma de decisiones diarias.

  4. ¿Qué tipos de auditorías internas son necesarias para el compliance?

    Las auditorías internas deben incluir revisiones de cumplimiento normativo, de controles financieros, de riesgos operacionales y de seguridad de datos. Además, es importante realizar auditorías periódicas para garantizar la eficacia de los sistemas de cumplimiento implementados.

  5. ¿Las pequeñas empresas necesitan tener un programa de cumplimiento?

    Sí, las pequeñas empresas también deben contar con un programa de cumplimiento para evitar riesgos legales y proteger su reputación. La implementación de políticas y procedimientos adecuados, adaptados a su tamaño y recursos, es esencial para su sostenibilidad y crecimiento.

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Faculty: Valeria Culasso
Valeria Culasso

Experta en Compliance