Sin duda bajo el término Coaching surgen una serie de ideas vinculadas a la motivación, el liderazgo y el convencimiento, pero la escucha1 y la reflexión también son claves. Pensar en coaching es decidir qué queremos ser y cómo queremos encarar nuestros proyectos ¿Eliges ser “uno más” o destacarte?
Para tomar parte en la forma en que enfrentamos día a día nuestras responsabilidades, y en nuevos planes, es importante “descubrir” nuestra forma de observar. La interpretación sobre cómo nosotros vemos el mundo es básica para escoger ese camino y gestionar nuestros resultados. De allí la importancia del coach (mira nuestra infografía ¿Qué implica ser un Líder coach?).
El coach es aquella persona que ayuda, colabora, y guía a otra desde el lugar donde se encuentra hacia sus objetivos. Su tarea costa en proporcionar nuevos conceptos, modelos, formas de interpretar y accionar a los efectos de que cualquier persona (que lo desee) pueda alcanzar lo que se propone.
Timothy Gallwey un estadounidense entrenador, consultor y reconocido en el mundo del coach saltó a la fama a mediados de los 70 con su libro ‘El juego interior del tenis’ en el que reveló que ganar un partido tiene más que ver con la conversación interna que se desarrolla en la cabeza del jugador que con factores externos.
Y es, en este punto, donde el coaching se desempeña como disciplina que tiende a coadyuvar con el individuo, llevarlo más allá de lo que cree que puede llegar. Trabaja procesos y a partir de ellos cualquier tema de formación, motivación, negociación, técnicas de venta, etc, tendrá resultados extraordinarios que pueden mantenerse en el tiempo.
La clave para liderar es sentir confianza de lo que se está haciendo, y ganar la estima de los que nos rodean, tanto superiores como el propio equipo de trabajo. Para ello es necesario ser coherente, y en cierta forma “gestionar” nuestra forma de interpretar el mundo. Veamos cómo puede aplicarse ésto al mundo de los negocios.
Un directivo debe darse cuenta y percibir qué modelo de observador está usando, para a partir de allí ser más efectivo en sus resultados. Ese modelo observador que usa, sin duda afecta los resultados de sus acciones (negociaciones, administración, etc) y debe ser revisado. La transformación de la visión del directivo y su capacidad de observar es lo que transformará su entorno. En nuestra nota Coaching: nuevo modelo de liderazgo puedes ver más sobre este tema.
La efectividad se logra simplemente desarrollando nuevas y mejores habilidades para alcanzar los objetivos planteados, tanto a nivel personal como grupal. Aprender a gestionar técnicas de coaching también es una ventaja a la hora de motivar a los participantes del grupo de trabajo a descubrir cómo se pueden mejorar los resultados, “Hay coaching 1 a 1 & coaching grupal: en el uno a uno se trabaja el manejo de conflictos, y en el grupal se propicia el manejo de reuniones a través de la visibilización las distintas perspectivas del grupo“.
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