¿Has decidido trabajar de forma independiente y no sabes cuánto cobrar por tus servicios? Descubre aquí 7 consejos para perder el miedo y hacerte valer.
La mayoría de quienes deciden ser freelancers o comenzar su propia Startup tienen una misma duda ¿cuánto debo cobrar por mis servicios si recién estoy comenzando?
Muchas veces accedemos a un precio que mucho no nos convence con tal de no perder al cliente. Pero la sensación de que estamos “regalando” nuestro trabajo algún día tiene que terminar ¿no?
Aunque no lo creas, la incapacidad de valorar nuestro talento es uno de los factores principales de que muchas personas dejen a un lado su sueño de ser financieramente independientes, sin embargo, no pierdas las esperanzas, la tecnología está permitiendo que cada día sean más las personas que deciden trabajar desde su hogar o incluso en espacios de coworking.
Si bien existen profesiones como los psicólogos, consultores, contadores y diversos especialistas en finanzas que poseen ciertos parámetros regulados para fijar el precio de su trabajo, hay muchas otras y nuevas profesiones que tienen un “vacío de rentabilidad”. Será fundamental conocer sus particularidades y diferencias con los mercados más habituales, como consumo masivo, oferta y demanda, y principalmente un real conocimiento de la competencia, aspectos que se pueden aprender a identificar y evaluar en una Especialización en Entrepreneurship.
Aquí compartimos 7 consejos que seguro te servirán:
- Alimenta tu Autoestima
Sí, aunque no lo creas este es el principal consejo que debes poner en práctica. Aprender a valorarte será la clave para animarte a dar el salto que estás necesitando. Tu tiempo es oro y es necesario entender el valor que tiene. No caigas en la tentación de trabajar gratis para grandes empresas, intenta siempre obtener algo a cambio, a veces no será inmediatamente algo económico pero puedes negociar herramientas de trabajo e incluso un contrato futuro. Lo importante es que respetes tu talento.
- Calcula el coste del trabajo
El segundo paso, es entender que tu talento no sólo se pone en acción cuando estás sentado frente al computador o clientes. Los gastos operativos que tienes a la hora de realizar tu trabajo (transporte, alquileres, impuestos) y el costo que tiene tu capacitación para ser cada vez mejor en lo que haces, también deben ser incluidos en el precio de lo que ofreces.
- Conoce a tu público
Comienza preguntándote ¿quién se beneficiará con mi servicio o producto? ¿A quién quiero llegar? Y en tercer lugar, ¿lo puede pagar? Al responder la primera, puedes tener una pequeña segmentación de tus clientes potenciales, con la segunda podrás establecer tu público objetivo y la tercera te permitirá lograr un estimado de cuánto cobrar por tu trabajo. Seguro encuentras que muchas personas desean tus habilidades pero no pueden pagarlas, intenta no bajar tus precios, sino por el contrario ir tú detrás de ese cliente que SI PUEDE.
- ¿Cómo se valoran tus competidores?
Si bien la comparación no es del todo aconsejable, porque lo que tú ofreces nunca será igual a lo de otro, es importante al principio conocer a las otras empresas o personas que ofertan servicios similares al tuyo. Investiga, haz un estudio de la competencia, obtén algún punto de referencia sobre cuánto podrías cobrar por solucionar los requerimientos de tus clientes potenciales.
- Sé creativo
Este punto está íntimamente ligado con el anterior. Cuando tengas un conocimiento detallado sobre cómo se mueve tu competencia en el mercado y lo que realmente necesitan tus clientes potenciales, intenta identificar tus puntos débiles y las áreas de oportunidad que tienes para desarrollar. Si eres capaz de innovar, seguramente tus clientes querrán pagarte lo que les pidas.
- Crea una red de contactos
Aprovecha las relaciones personales que has forjado con el paso del tiempo, investiga que cosas compran para su estilo de vida, esta información te servirá para saber cuánto están dispuestos a pagar por un producto y así, establecer las cuotas para el pago de tus servicios.
- Recuerda el valor emocional
Como complemento fundamental a lo anterior, si a tu producto o servicio lo acompañas de un diseño bien pensado, una correcta estrategia de marketing pero principalmente de una historia creíble que pueda llegar a tus potenciales clientes, podrás alcanzar los objetivos que te has propuesto. Conecta con tu audiencia, no sólo desde lo racional, sino desde lo emotivo. Logra tener lovemarks, que se convierten en lo que en marketing se conoce como evangelizadores de marca.