El desafío viral del momento (10YearChallenge) plantea algunos grises de seguridad personal muy importante. Según Kate O’Neill, speaker internacional de Tecnología, este nuevo desafío es una nueva oportunidad para dudar de las redes sociales más importantes, como Facebook, y pensar que es una estrategia intencionada para utilizar el reconocimiento facial con un tiempo determinado. ¿Será cierto?.
Hemos jugado en estos últimos días al denominado 10YearChallenge, pues es divertido. Consiste en poner Una foto nuestra de hace 10 años atrás, y una actual. Se convirtió en algo muy viral. Incluso podríamos decir hoy que fue el Challenge más viral de las Redes Sociales en este último tiempo. ¿No les parece extraño?
Una de las tecnologías que más está avanzando en el mundo es la del reconocimiento facial. Pero hay algo que quizás no pueden predecir los sistemas que reconocen el rostro: ¿Cómo éramos de más jóvenes y cómo seremos de más viejos?. Quizás entonces podemos encontrarle una explicación a la viralización de este desafío. Y además podemos sacar una conjetura muy dolorosa: No estamos preparados para el mundo que viene. Ofrecimos en gran mayoría nuestra foto de hace 10 años y la actual sin preguntarnos quién estaba detrás de eso.
Muchos pensarán “Facebook ya tiene mi foto de hace 10 años, porque hace más de 11 años que tengo Facebook”. Pero elevemos nuestra imaginación. Imagina que quieres entrenar un algorimo de reconocimiento facial sobre características relacionadas con la edad, y más específicamente sobre la progresión de la edad (¿Cómo envejecerá una persona?). Sería muy útil una foto específica con un tiempo determinado. Por ejemplo 10 años.
Tomar nuestra foto de perfil, buscar la fecha exacta, descartar muchas fotos, sería un proceso muy engorroso para Facebook. ¿Y si se lo pedimos a la gente? Eso solucionaría el problema. Además esto evita que salgas con tu perro en tu foto, y salgas solo tu, y tu rostro. Ahora le dimos la foto, y el contexto de años.
Facebook niega tener ninguna mano en el # 10YearChallenge. “Este es un meme generado por el usuario que se volvió viral por sí solo”, respondió un portavoz de Facebook. Pero si tomamos como referencia la inocente aplicación con la que Cambridge Analytica obtuvo todos los datos de 70 millones de usuarios de Facebook. Si no hubiera sido por el arrepentido de Cambridge Analytica jamás lo hubiéramos sabido.
La tecnología es algo, que como todo, se puede usar para el bien, o para el mal. Lo pueden usar para controlarnos y vivir en la novela 1984 de George Orwell, o para rescatar a 3 mil niños desaparecidos en un año como hizo la policía de Nueva Delhi, India.
Debemos demandar a las empresas para que cuiden nuestros datos con la mayor premura, y en todos los medios. Pero también podríamos empezar a cuidar nosotros nuestros datos. Y no me refieron a número de teléfono, correo, o donde estudió. Esos datos ya los tienen muchas personas. ¿Cómo se verá en 10 años? ¿Qué intereses tiene? ¿Quién puede ser un buen match para el amor en Tinder? ¿Qué les decimos a nuestros hijos? ¿Qué haría que votemos a cual o tal candidato? ¿Cómo podemos implantar una idea y que crea que es una idea propia? Macabro verdad. Pero no imposible.